martes, 3 de enero de 2012

VIOLENCIA LABORAL / ENTREVISTA CON LA PSIQUIATRA PATRICIA BARCIA


"El trabajador debe saber si fue enfermado por la institución"

A partir de una experiencia vivencial, la doctora en Psiquiatría Patricia Barcia, realizó investigaciones que le dieran respuesta a la situación que le tocó vivir. Aunque no había sido el propósito de la profesional, ambas circunstancias, lo empírico y lo teórico, devinieron en un libro de medicina preventiva sobre Violencia laboral.
Esta entrevista con la doctora Patricia Barcia, permitirá arrojar mayor claridad al respecto.
“Vivimos en una sociedad violenta en todos los ámbitos y por lo tanto el laboral no puede estar exento; sin embargo tiene sus particularidades. Lo que más se conoce es el mobbing, o sea el acoso laboral directamente dirigido a una persona. Para que exista mobbing, debe haber un acosado, un acosador y también un entorno permisivo. Con el acosador solo no alcanza”, especificó la profesional.
El acoso, precisó Barcia,  puede darse de parte de un superior, de un subalterno, o de un par, es decir de forma vertical u horizontal. Si es un par o un compañero de la víctima, es necesario que esté apoyado o avalado por el personal jerárquico. El entorno reconoce el poder aunque no sea jerárquico y actúa aliándose con el acosador.
“Estas alianzas son silenciosas, tácitas, no se pactan, pero cada uno toma un rol de aliado para que el acosado esté cada vez peor”, especificó la psiquiatra.
El tema de la violencia excede al acoso o mobbing: “hay otras modalidades, “que tienen que ver con la violencia institucionalizada, sistematizada, que no están dirigidas directamente hacia una persona pero que alimentan un clima de trabajo violento. Son los pequeños gestos diarios de parte de compañeros y superiores que generan “mala onda”, incomodan a las personas”, señaló al repecto.
El clima de violencia tiene muchas consecuencias, algunas de las cuales se reflejan en la reducción de la calidad del trabajo y la excelencia del trabajador, porque  “la violencia va desgastando”.
Siguiendo a Barcia, puede decirse que es muy importante que el trabajador pueda discernir si sus problemas de salud física o psíquica obedecen a causas naturales o si, en cambio, fue enfermado por la institución: “Desde mi experiencia personal puedo ver que hay muchos ámbitos que generan grandes problemas psicológicos en las personas. Es muy distinta la postura que tomará en ese caso el trabajador”.
Respecto de su experiencia como terapeuta, Barcia dijo que muchos de sus pacientes concurren a la consulta como consecuencia de los trastornos físicos o psíquicos que padecen, “no vienen quizás a solicitar una licencia sino que vienen como enfermos como consecuencia seguramente terminamos determinando que debe tomarse una licencia. En realidad, en esos casos las personas han sido enfermadas por la institución” aclaró.
¿Qué debe hacer una persona ante la sospecha de estar siendo enfermada?
-Recordemos que las patologías que puede presentar una persona víctima de violencia van desde la caída del cabello al desencadenamiento de una enfermedad terminal o a accidentes de tránsito. Si muere una persona en un accidente o por una enfermedad grave, plena edad laboral, uno debería evaluar las condiciones de trabajo de esa persona. Lamentablemente no hay estudios que refieran que la violencia laboral incida en forma directa en el desarrollo de enfermedades, pero uno puede ver que hay relaciones muy manifiestas es por eso que junto con tres colegas estamos haciendo un estudio estadístico para presentarlo en un congreso en el mes de abril.
¿Qué se hace a nivel institucional en Bolívar?
-No mucho, no es un tema muy tratado. El trabajador que es violentado no tiene muchos recursos, porque en general lo que puede llegar a hacer es un juicio, pero en ese caso, lo hará cuando ya fue despedido.
¿Por qué se puede dar el acoso, cuáles son las causas más frecuentes? Una es la intención de que el trabajador renuncie, se vaya de su trabajo…
-Sí, es la clásica, otras cuando quieren que deponga su lugar, que deponga una actitud de queja o reclamo, cuando se busca el lugar que el trabajador ocupa para poder ubicar a otra persona que no se lo merece… Es muy difícil desentramar el origen de la violencia en las instituciones enfermas.
¿Cómo se puede revertir en el caso de que exista la violencia y de prevenirla si aún no se instaló como sistema?
-La alerta depende de cada uno, de no dejar que avance una situación de violencia dentro del trabajo. La amabilidad entre los compañeros y los superiores debe ser la norma. El jefe o patrón debe velar por la dignidad y el bienestar del trabajador. Los ámbitos deben ser cómodos tanto desde el punto de vista edilicio como de compañerismo. Una vez que uno dejó avanzar la violencia es muy difícil revertirla, no hay testigos y cuando la víctima presenta el caso, se queda sola. Por eso es tan importante difundir el tema, para que el trabajador sepa que está siendo violentado y pida ayuda.
Ya en el ámbito terapéutico, se adquieren las armas necesarias para poder enfrentar la situación e instalarse en el lugar que corresponde, porque si no, lo que la persona violentada siente es que está incapacitada laboralmente. Porque está naturalizado que uno crece en un trabajo en la medida en que uno se va desarrollando  profesionalmente y en la medida en que uno se va adaptando a la violencia. Parece que el más apto es el que mejor se adapta a las situaciones de violencia.
Esto no debería ser así. El que se enferma, el que pide licencia, que sería el “desadaptado”, en realidad es el más sano, ya que es el que se niega a aceptar la violencia.
Daniela Roldán

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