Es gracioso el comienzo del informe de prensa de la
municipalidad (18/01/2011) en cuyo encabezado señala: “El intendente Dr Eduardo
Bucca no descansa y estará hoy en Capital Federal, junto al Secretario de
Hacienda Cr Javier Erreca, para reunirse con el Presidente del Banco Provincia,
Gustavo Marangoni (…)”. Al menos a mí me causa gracia que se destaque el hecho
de que el jefe comunal “no descansa”.
Pero el punto es que luego de eso, viene una coma y tras la
coma la posta, es decir la explicación del no descanso del intendente. Sucede
que el sujeto del relato viajó “a los efectos de renegociar la deuda de más de
9 millones de pesos en leasing heredada de la anterior gestión”.
Al cabo que lo dijeron… (usá tono mexicano, para leer esto).
Era hora de que se empiecen a blanquear los “estados de cosas” dentro de la
municipalidad. No para caer en la cuenta de que todo lo que hizo la gestión
Simón/Erreca fue desastroza o corrupta, pero sí para que los bolivarenses
interesados sepan de qué viene la cosa en cuanto al manejo de los fondos
públicos.
Además, para evitar el rumor, que en pueblecillos como el
nuestro corren a la velocidad de la luz. Tampoco está bueno que toooodos los
funcionarios precedentes sean acusados de corruptos por el hecho de haber
pertenecido a ese grupete enquistado en el poder.
En estos días el periodista Oscar Bissio señaló en una nota
con circulación en las redes sociales: “Hay
sitios clave dentro del andamiaje municipal donde los correveidiles opositores
que se colgaron del extremo de la última chalupa, traban literalmente la
flamante gestión mediante una campaña sistemática de desinformación e
indiferencia”.
Esto es gravísimo y aun así era previsible. Hubo
nombramientos de funcionarios en la planta permanente en el municipio que son inadmisibles,
más las obvias incorporaciones de toda gestión. Es de rigor que quien asume
como funcionario del Departamento Ejecutivo, cuando termina el período de
gobierno para el que trabajó, renuncie, se vaya, chau. Son puestos políticos,
más allá de las supuestas competencias técnicas que puedan tener los sujetos,
que terminan junto con la gestión política que los convocó.
Entonces, esos funcionarios, se tienen que ir sin chistar,
no clamar por “pase a planta”. La mayoría lo hizo, claro, se fueron rumiando la
bronca de dejar un puesto que les parecía asignado de por vida, tal la voluntad
de los bolivarenses, pero metieron violín en bolsa y marcharon cumplir
funciones en el ámbito privado.
Esto se dio con más recelo en el caso de las administraciones
Simón/Erreca, porque los funcionarios que compartieron gestión eran o se
hicieron, militantes de la causa (si no, recordá la última campaña electoral,
ponele caritas a los muñecos). En este punto, quizás la nueva muni tiene
déficit de militancia y es posible que pague costos por eso. Está claro que no
te sale a defender un tecnócrata; para eso están los convencidos, los que
militan, los cuadros, los que ponen el pellejo. Veremos.
Y volviendo al punto, estaba claro que no iban a permitir
que Bucca se le facilitaran las cosas, ni siquiera. Al contrario, estaba sonado
que pondrían palitos en la ruedita. Y ahora se empiezan a ver con claridad esos
palitos. Paréntesis: el actual oficialismo se durmió un poco y se le hizo tarde
para ir a ver los papeluchos, creo.
Vale la pena leer la nota de prensa municipal, pero la
centralidad de mi comentario pasa por el costado más político y sobre todo más
ligado a lo comunicacional -en términos amplios- del asunto. (Respecto de los
números, ya aparecerán Erreca o Patti o Erreca y Patti con la carpetita, para
hacerles cantar la canción que ellos quieran en lo que a números refiera. Hagan
apuestas, señores).
El plano comunicacional, en cambio, opera en varios
sentidos. La cuestión no se circunscribe a los medios (tecnológicos o no). No
importa sólo si se brinda la información a través de la radio más escuchada o
en una reunión tét a tét en barrio Los Zorzales, sino que es fundamental que se
informe con claridad; que en cada oportunidad se den a conocer estos aspectos como
los que se mencionan arriba. Es
importante que se hable, se difunda, que se instale, vamos.
Los más memoriosos se acordarán de la “impresionante deuda”
que dejó como herencia maldita el gobierno de Juan Carlos Reina. Sueldos
impagos a los empleados y un considerable muertito con los proveedores. Bueno,
eso que era real, se instaló muy fuerte en el imaginario bolivarense y se marcó
tan a fuego que le impidió al PJ asomar la nariz por el Ejecutivo durante la
friolera de 16 años. Mirá si será importante el tema de instalarlo.
Si, es cierto que en aquel entonces, las deudas con los
privados eran tan indisimulables que coadyuvó a la instalación del tema. Por fuera de esa
obviedad, están los números de ahora, esos de los que la gestión saliente tiene
que dar cuenta, pero esta también.
Las famosas cuentas deberían incluir el compromiso de que el
nuevo gobierno funcione con transparencia, que no haya amiguismos en las
contrataciones, que lo que haya que licitar se haga con claridad y publicidad.
Se sabe que el radicalismo y la Coalición Cívica se arrogan
el título de ser los republicanos, los defensores de la institucionalidad y la
honestidad y ese será el rol que jugarán, con todas las herramientas a su disposición. Incluso (ya comenzaron) con los pedidos de informes al DE (genial, pero deberían acordarse de que J.C.Simón y su troupe jamás contestaban uno).
Más allá de eso, sería interesante que el pueblo de Bolívar ejerza la potestad de lo institucional y sea exigente con los gobernantes, que no duerma en los descansados laureles como hizo durante 16 años. Marquemos como hacía el Inter de Mourinho, si no, después habrá que ir a llorar a la iglesia.
Más allá de eso, sería interesante que el pueblo de Bolívar ejerza la potestad de lo institucional y sea exigente con los gobernantes, que no duerma en los descansados laureles como hizo durante 16 años. Marquemos como hacía el Inter de Mourinho, si no, después habrá que ir a llorar a la iglesia.
Daniela Roldán
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