Colisión en plena prensa (medios locos)
(Episodio l de la saga)
La relación entre el nuevo gobierno municipal y algunos
medios de comunicación, o algunos periodistas, iba a generar rispideces y cual ollita a presión
iba a sonar. Estaba cantado.
La campaña electoral de Bali fue complicada en términos de
comunicación. Lograr una nota exclusiva con el entonces candidato era
complejísimo (imposible para mí); él siempre prefirió las redes sociales a los
periodistas, al menos a quien esto escribe (hubo y hay discriminaciones, hijos
y entenados, esto hay que decirlo).
Igual, aunque eso es harina del mismo costal, no voy a
recorrer ese camino. Me bajo acá, por izquierda, para contar una historia más
bonita. Tiene relación esta historia con aquella, porque se trata de política,
de medios, de jefes de prensa y porque, no creo que por casualidad, la descubrí
hoy domingo, cuando encendí la compu para leer la nota editorial de Daniel
Ledesma en su portal, a sugerencia de una amiga (aclaro que no tengo el hábito
de leer ese portal ni de escuchar la radio de marras).
El cuento que yo cuento empieza mal. Como dije, viene de
arrastre como consecuencia de la política de comunicación del nuevo gobierno a
la que califico de ripiosa, por ser benevolente, porque para pegarle a la nueva
gestión están practicando otros desde hace bastante tiempo y van a pegar más
fuerte y porque este partido no lo juego.
Resumiendo, el director propietario de la radio más
escuchada del Partido de Bolívar, escribió un comentario editorial en el que
señala disgusto porque un periodista de ese medio fue “increpado por la
Dirección de Prensa Municipal” (sic). No especifica en qué consistió el
maltrato ni quien es el periodista en cuestión.
A partir de ahí, lo que hace Ledesma es deslizar críticas a “la Dirección de Prensa que maneja Francisco
de la Serna” y por elevación lógica a quien tiene la sartén por el mango, o
sea a Bali. Según señala su texto, el flamante funcionario de Prensa “hace sus primeras armas y propone medidas
que “chocan” con nuestra actividad, y en la voluntad de comunicar, termina
incomunicando. Dispone la prohibición de “conectar” a los funcionarios con los
medios, con la idea de realizar una presentación al “Estilo Tinelli”, con
bombas de papel picado y alto colorido, tal vez”.
Etcétera. Quien quiera leer más de ese editorial, que se
mude de este blog hacia el portal que corresponde. Lo que quiero decir es que
esto estaba cantado, era cuestión de sentarse a esperar que pasara.
Determinismo puro. Por más impronta citadina que se tenga, garpa más saber
acerca de la idiosincrasia pueblerina y conocer su gente que un curriculum o
amistades que lo ameriten para ocupar el puesto. Hay que ahondar en ese
distintivo local que va no sólo de aceptar a Marcelo Hugo como ídolo máximo sino
también de tener los medios que tiene y -lo más importante- los periodistas que
la yugan.
Y esa máxima, la de captar debidamente la cultura mediática
local, es válida también para el novel jefe de prensa, quizás para quien más. Pero insisto, no es ese el recorrido que
intento. Esto que conté es sólo para darle un marco a lo que realmente me
interesa compartir.
Como dije, ingresé a la virtualidad para una cosa y me
encontré con otra. Luego de leer el editorial protagónico, pasee por
Facebook. Y me encontré con la foto de
un intendente pelado, con amplia sonrisa y muy delgado, que saludaba gente en
una fiesta reciente.
Los comentarios me avivaron de que el tipo atraviesa una
situación complicada de salud (uso eufemismos porque lo prefiero). Le pregunté algunos
detalles a la amiga que había compartido la foto y le solicité amistad al autor
de la publicación. Me la aceptó.
Mi nuevo amigo en Face es el director de Prensa y Comunicación
de un municipio del conurbano bonaerense, mi preferido por origen, historia y
recuerdos. Husmee -como se hace en estos casos- sus publicaciones
anteriores para informarme un poco y
conocer su perfil. ¡Qué buena sorpresa tuve! El joven director de Prensa en
cuestión es un militante de la causa nacional y popular, de esos que se las
traen.
En un video publicado el 31 de diciembre, en el marco de un
acto institucional, el sujeto habla con los periodistas, milita la intendencia,
se embandera con Néstor y Cristina y con el Proyecto. Le dice pueblo al pueblo,
dice las palabras militancia, popular, política. A boca llena las dice. Aparece
en una Facultad, rodeado de jóvenes con aires de fiesta dentro de un aula en el
que pasan cosas. Es otra canción.
Se me ocurrió asociar una historia y la otra porque pensé
por un momento, en esto del color medieval que suelen adoptar algunos vecinos
de nuestro pueblillo, o sea la ciudadita de las palmeras. Tan reaccionarios ¿no? Tan de desconfiar de lo nac & pop,
tan de decirle montonera a Cristina… Y tuve nostalgias de lo que nunca jamás
sucedió.
Sugiero que no se haga el recorrido más sencillo, el de la
compareta entre un jefe de prensa joven y otro jefe de prensa joven, sino que
se piense en esas características que hacen de Bolívar un lugar tan
conservador, que posibilita la inserción de elementos autoritarios en un
gobierno. Porque, para ir cerrando, lo que le pasó al director de comunicación
con el dueño de la radio más escuchada, se reduce a un episodio que resume
autoritarismo de un lado y demostración de poder el otro. Ninguno de los dos caminos
conduce romance con happy end.
Estamos muy a tiempo de barajar y dar de nuevo, pero hay que
pensar dos veces antes de actuar. No sería bueno ceder a la presión y al tirón
de orejas de un medio y como consecuencia endilgarle toda la responsabilidad al
jefe de prensa. Tampoco sería bueno no decidir de una vez por todas, a jugar a
que somos democráticos, plurales, nacionales y populares. Me salió en versito.
Daniela Roldán
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