domingo, 8 de enero de 2012

Colisión en plena prensa (medios locos) (Episodio l de la saga)


Colisión en plena prensa (medios locos)
(Episodio l de la saga)

La relación entre el nuevo gobierno municipal y algunos medios de comunicación, o algunos periodistas, iba a generar rispideces y cual ollita a presión iba a sonar. Estaba cantado.
La campaña electoral de Bali fue complicada en términos de comunicación. Lograr una nota exclusiva con el entonces candidato era complejísimo (imposible para mí); él siempre prefirió las redes sociales a los periodistas, al menos a quien esto escribe (hubo y hay discriminaciones, hijos y entenados, esto hay que decirlo). 
Igual, aunque eso es harina del mismo costal, no voy a recorrer ese camino. Me bajo acá, por izquierda, para contar una historia más bonita. Tiene relación esta historia con aquella, porque se trata de política, de medios, de jefes de prensa y porque, no creo que por casualidad, la descubrí hoy domingo, cuando encendí la compu para leer la nota editorial de Daniel Ledesma en su portal, a sugerencia de una amiga (aclaro que no tengo el hábito de leer ese portal ni de escuchar la radio de marras).
El cuento que yo cuento empieza mal. Como dije, viene de arrastre como consecuencia de la política de comunicación del nuevo gobierno a la que califico de ripiosa, por ser benevolente, porque para pegarle a la nueva gestión están practicando otros desde hace bastante tiempo y van a pegar más fuerte y porque este partido no lo juego.
Resumiendo, el director propietario de la radio más escuchada del Partido de Bolívar, escribió un comentario editorial en el que señala disgusto porque un periodista de ese medio fue “increpado por la Dirección de Prensa Municipal” (sic). No especifica en qué consistió el maltrato ni quien es el periodista en cuestión.
A partir de ahí, lo que hace Ledesma es deslizar críticas a “la Dirección de Prensa que maneja Francisco de la Serna” y por elevación lógica a quien tiene la sartén por el mango, o sea a Bali. Según señala su texto, el flamante funcionario de Prensa “hace sus primeras armas y propone medidas que “chocan” con nuestra actividad, y en la voluntad de comunicar, termina incomunicando. Dispone la prohibición de “conectar” a los funcionarios con los medios, con la idea de realizar una presentación al “Estilo Tinelli”, con bombas de papel picado y alto colorido, tal vez”.
Etcétera. Quien quiera leer más de ese editorial, que se mude de este blog hacia el portal que corresponde. Lo que quiero decir es que esto estaba cantado, era cuestión de sentarse a esperar que pasara. Determinismo puro. Por más impronta citadina que se tenga, garpa más saber acerca de la idiosincrasia pueblerina y conocer su gente que un curriculum o amistades que lo ameriten para ocupar el puesto. Hay que ahondar en ese distintivo local que va no sólo de aceptar a Marcelo Hugo como ídolo máximo sino también de tener los medios que tiene y -lo más importante- los periodistas que la yugan.
Y esa máxima, la de captar debidamente la cultura mediática local, es válida también para el novel jefe de prensa, quizás para quien más.  Pero insisto, no es ese el recorrido que intento. Esto que conté es sólo para darle un marco a lo que realmente me interesa compartir.
Como dije, ingresé a la virtualidad para una cosa y me encontré con otra. Luego de leer el editorial protagónico, pasee por Facebook.  Y me encontré con la foto de un intendente pelado, con amplia sonrisa y muy delgado, que saludaba gente en una fiesta reciente.
Los comentarios me avivaron de que el tipo atraviesa una situación complicada de salud (uso eufemismos porque lo prefiero). Le pregunté algunos detalles a la amiga que había compartido la foto y le solicité amistad al autor de la publicación. Me la aceptó.
Mi nuevo amigo en Face es el director de Prensa y Comunicación de un municipio del conurbano bonaerense, mi preferido por origen, historia y recuerdos. Husmee -como se hace en estos casos- sus publicaciones anteriores  para informarme un poco y conocer su perfil. ¡Qué buena sorpresa tuve! El joven director de Prensa en cuestión es un militante de la causa nacional y popular, de esos que se las traen.
En un video publicado el 31 de diciembre, en el marco de un acto institucional, el sujeto habla con los periodistas, milita la intendencia, se embandera con Néstor y Cristina y con el Proyecto. Le dice pueblo al pueblo, dice las palabras militancia, popular, política. A boca llena las dice. Aparece en una Facultad, rodeado de jóvenes con aires de fiesta dentro de un aula en el que pasan cosas. Es otra canción.
Se me ocurrió asociar una historia y la otra porque pensé por un momento, en esto del color medieval que suelen adoptar algunos vecinos de nuestro pueblillo, o sea la ciudadita de las palmeras. Tan reaccionarios  ¿no? Tan de desconfiar de lo nac & pop, tan de decirle montonera a Cristina… Y tuve nostalgias de lo que nunca jamás sucedió.
Sugiero que no se haga el recorrido más sencillo, el de la compareta entre un jefe de prensa joven y otro jefe de prensa joven, sino que se piense en esas características que hacen de Bolívar un lugar tan conservador, que posibilita la inserción de elementos autoritarios en un gobierno. Porque, para ir cerrando, lo que le pasó al director de comunicación con el dueño de la radio más escuchada, se reduce a un episodio que resume autoritarismo de un lado y demostración de poder el otro. Ninguno de los dos caminos conduce romance con happy end.
Estamos muy a tiempo de barajar y dar de nuevo, pero hay que pensar dos veces antes de actuar. No sería bueno ceder a la presión y al tirón de orejas de un medio y como consecuencia endilgarle toda la responsabilidad al jefe de prensa. Tampoco sería bueno no decidir de una vez por todas, a jugar a que somos democráticos, plurales, nacionales y populares. Me salió en versito.
Daniela Roldán

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