Almendra y luz
(a Luis Alberto
Spinetta, desde la herida de un color)
Tu
voz, perdigones de luz
que
colorean la noche de los ciegos.
Tu
voz de almendra y luz
abre
mares en los cielos.
Tu
palabra, proteica leche
que
alimenta la orfandad del atardecer.
y
hay un otoño
que
te sembrará en el mar…
Tus
silencios, suave plumaje
que
arropa al niño acurrucado
en
el llanto lento
de
los buenos.
Tu
voz de almendra y luz
abre
cielos en los llantos.
Y
te irás, Luis,
antes
de que amanezca
para
no agitar a las alas del día,
en
busca de los niños que escriben en el cielo
mientras
esperan el fulgor de tu llovizna.
Y
te irás, Luz…
Chino
Castro, febrero 2012
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