A trazos gruesos, la
información dice que la semana pasada y la esta que está terminando, la Cámara
de Diputados de la provincia no pudo sesionar para aprobar el proyecto que ya
cuenta con media sanción de Senadores.
Lo concreto es que
luego de la media sanción, se armó el lobby de las patronales agrarias de la
provincia, que en buen romance sea dicho, apretaron a los diputados para que no
den quórum y de esta forma boicotear la aprobación.
Las presiones del
conglomerado que gira alrededor de la Sociedad Rural Argentina influyeron
básicamente sobre los legisladores radicales, que, en medio de una interna
partidaria como la que tienen por delante, cedieron grácilmente.
Como en épocas de la
125, los seguidores de Biolcati amenazaron a los diputados con la frase mítica
de “no van a poder volver a sus pueblos” los legisladores que no acaten sus
órdenes. Y funcionó, tanto como que el miércoles y el jueves, a pesar de las
movilizaciones en apoyo a los diputados, los del radicalismo no iban bajar al
recinto, ni aunque la chicharra los dejara sordos. Y no bajaron.
La Cámara de
Diputados tiene 92 bancas por lo que, para que sesione se necesita la presencia
de 47 legisladores. Los oficialistas más
sus aliados de Nuevo Encuentro sumaban 45 diputados; pero los opositores UCR,
FAP, PRO, Unión Celeste y Blanco y Coalición Cívica dijeron nones.
Desde la
Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR), cuestionaron el
paquete de reforma, alegando que “afecta el llamado ´acto cooperativo´,
legislado en el Art. 4º de la Ley de Cooperativas 20.337 (1973), donde se
prescribe que ´son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y
sus asociados y por aquellas entre sí en el cumplimiento del objeto social y la
consecución de los fines institucionales. También lo son, respecto de las
cooperativas, los actos jurídicos que
con idéntica finalidad realicen con otras personas´”.
Con la firma de Ariel
Guarco, presidente de Cooperar, fue enviada una carta a los legisladores, que
finaliza con la siguiente sentencia: “ En este escenario, en especial en este
Año Internacional de las Cooperativas, no solamente el movimiento cooperativo
bonaerense sino a nivel nacional y global, vería como un franco retroceso la
aprobación los artículos 23, 24, 26 y 27
del Proyecto de Modificaciones al Código Fiscal, porque así se derogaría el
actual tratamiento tributario otorgado al acto cooperativo en función de su
particular naturaleza, tal como lo dispone el artículo 41º de la Constitución
Provincial. Por esto, solicitamos a los señores legisladores no innovar en
materia de cooperativas y que, por lo tanto, sean rechazados estos artículos
del proyecto de ley”.
A pesar de que los
argumentos de los cooperativistas tienen peso absoluto, más teniendo en cuenta
que el propio gobernador resaltó hace pocos días en Bahía Blanca la importancia
de las cooperativas, no fueron sus reclamos sino los de las patronales agrarias,
las que tumbaron las sesiones en diputados.
De hecho, desde el
Frente Amplio se había planteado como términos de negociación, que el aumento
del inmobiliario rural se diera en forma escalonada. Pero ni siquiera esa
concesión hizo que se pudiera abrir el juego en Diputados.
Así las cosas,
circula sotto voce que la semana que viene el Ejecutivo local presentará otro
proyecto, cualitativamente diferente, o que hará una jugada distinta que
permita sortear el escollo del lobby. Desde la Nación le sugirieron a Scioli
que tiene la chance legal de emitir un decreto para lograr la reforma. En el
entorno, no se ha tomado decisión al respecto y nadie se atreve a jugarse por
sí o por no en ese sentido.
Entonces, la interna
radical, el lobby patronal agrario y los vaivenes del FAP (cercano a las
citadas patronales, por progresista que sea su nombre) más las debilidades
propias del proyecto de reforma fiscal provocaron el naufragio de una medida
que es, en lo que atañe al revalúo impositivo rural, una clara muestra de
progresismo y de intencionalidad de distribución de riquezas, por lo menos hacia los municipios. ¿Raro en Scioli?
Quizás, pero conste que la rareza no es invalidante, al menos en este caso.
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