viernes, 4 de octubre de 2013

EL DIA FELIZ QUE ESTA LLEGANDO


Cuando se colocó en la vereda el cartel que indicaba el inicio de obra, pocos creían que la cosa iba a prosperar; se miraba de reojo el letrero y por dentro, cursaba un suspiro rumboso hacia la incredulidad. No sería la primera vez que tras una promesa y un anuncio, venía la decepción y otra vez la imagen descascarada,  la tristeza de la fachada inútil de lo que no sería.

Durante años los bolivarenses creyeron en palabras que de a poco, empezaron a sonar vacías de sentido y a ser sólo sonidos que se iban desvaneciendo conforme los calendarios electorales no hacían mella en la concreción del proyecto. En esos tiempos de alto voltaje conservador, subyacía, en un mar de desidia, la idea política de “la cultura para pocos”.

Por estos días, hay aires de cambio. Es que se puede pensar en que lo interesante del proyecto es que precisamente, incluye o abarca una dimensión superadora de la mera instancia electoclientelar, bien que puede ser aprovechada en ese sentido. El proyecto viene a complejizar las relaciones entre las culturas populares y su productor/destinatario, (léase el término caído en desuso, pueblo). En otras palabras, en el proyecto, debe subyacer la idea política de “las culturas por y para todos”.

También deberá interpelar el sentido respecto de las industrias culturales, del rol del Estado en términos de facilitar o dificultar, propiciar o entorpecer su circuito. Nos pondrá a todos a pensar qué sería bueno fomentar, qué posibilidades concretas habrá para el desarrollo de un espacio de difusión y de visibilización, pero también de impulso y de proyección para el talento local.

La posibilidad de contar con un lugar físico apropiado para realizaciones artísticas y culturales de gran envergadura significará un desafío para quienes tengan la responsabilidad de gestionar su uso, pero no deberá ser sólo responsabilidad de unos pocos. El proyecto deberá tomar carnadura (y lo está haciendo) en los bolivarenses todos y sus potencialidades tendrán que ser apropiadas por todos.

El hecho que desde el Estado municipal haya tomado el toro por las astas de una buena vez y le esté dando el cierre a una etapa para pasar a otra absolutamente prometedora, debe permitirnos “ir por más”. Para ser clara, ir por más significa fomentar el crecimiento y el desarrollo del arte y los artistas en lo que a los estados les compete. Ir por más significa que no haya techo para pensar el devenir de una ciudad y de quienes la habitan.

El proyecto no es maquillaje, aunque hay que admitir que como el make up, le mejorará la cara a la calle y a la ciudad, siendo la calle de la que hablo, el centro mismo de esta ciudad. Y le digo así, proyecto, precisamente porque creo que lo importante está por venir, lo trascendental comenzará a construirse cuando finalice esta construcción primera, la del cemento, las luces y las alfombras.

En pocos días más terminará la etapa y será reinaugurado, finalmente, el Cine Avenida, con interiores bellísimos, modernos y con excelente tecnología, de la mano de una decisión política del gobierno municipal. Luego, que toda esa infraestructura se transforme en el gran proyecto del que estoy hablando, depende de todos, sin tutelajes ni paternalismos y si, con la decisión política, en este caso, “del soberano”.  Ya comenzó la cuenta regresiva para el día feliz que está llegando.

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